Ana Robledillo. Texto catalogo exposicion La sombra desobediente
CEART, Centro de Arte Tomas y Valiente 2012
LAS SOMBRA DESOBEDIENTE
Si, por un lado (las noticias del viaje), indican que el espacio
condiciona el conocimiento –al demostrar que aquellos que
pertenecen a según qué lugares se encuentran en un estadio
anterior respecto al hecho del viaje-, por otro lado,
la presencia continuada del hombre del no pertenecer
a un espacio demuestra que este principio se puede alterar
y que es el hombre, mediante la inteligencia y el
conocimiento, el que puede influir en el espacio.
El navegante como artífice del mundo moderno
Elena Jiménez se pasea por La Sombra Desobediente
como lo hace el Capitán Lemuel en sus diferentes
viajes, ese maravilloso y complejo personaje que
Swift nos regaló con Los Viajes de Gulliver. Parece que
la casualidad le ha llevado a tierras de gigantes y de
criaturas humanas que no sobrepasan las seis pulgadas
de altura, pero lo cierto es que Elena Jiménez y sus
sombras chinescas embarcaron en el Antelope, el
Adventure o el Hope Well con la valentía del viajero
que posee la certeza de su partida pero no la de su
retorno.
No sabemos que tempestades, tormentas, ni sabotajes
han llevado a Elena Jiménez a las costas de Nueva
York, las calles de Berlín o Londres, pero lo que si
alcanzamos a intuir es el encuentro con la cultura local
a través de la apropiación de los objetos cotidianos de
la gran ciudad y de sus lugares.
Son precisamente sus personajes El Conde-Duque de
Olivares de Velázquez, el Lisiado de Ribera, junto con
la Eva de Durero, los esponsales de Arnolfini de Van
Eyck, el Diadumeno de Policleto o la paloma de la La
Trinidad de el Greco, los que se introducen e infiltran
en territorios desconocidos provocando una nueva
iconografía de la urbe.
La idea de viaje subyace bajo la obra de Elena Jiménez,
la travesía generada por sus sombras escapistas
-figuras de las obras maestras de la pintura que han
huido para revelarse como los personajes del Nuevo
Mundo- conforman una original e insólita cartografía,
renombrando a JB.Harley “Lejos de ser un simple espejo
de la naturaleza falso o verdadero, los mapas vuelven a
describir el mundo –como cualquier otro documento- en
términos de relaciones de poder y de prácticas culturales,
preferencias y prioridades”.
El mapa de La Sombra Desobediente por propia
naturaleza es impreciso, necesita de El Otro para dibujarse
y describir el mundo. La ambigüedad cartográfica del
imaginario de Elena Jiménez evoca Las Ciudades Invisibles
que Marco Polo relata al emperador Kublai kan.
Ciudades que sólo existen en la imaginación de un viajero
pero que, sin embargo, poseen una dimensión humana
que dialoga con el espacio de la urbe.
Esta dicotomía entre lo real y lo imaginario, entre otros
mundos posibles – o imposibles- yel existente evidencia,
a través de la huella dejada en el viaje, la dimensión
humana y su representación en la gran megalópolis.
Se podría decir que el mapeado de Elena Jiménez
dispone de dos coordenadas: el espacio y la memoria
–entendida como huella-, que combinadas descubren
ciudades hasta ahora ocultas. La propuesta de Elena
Jiménez reflexiona sobre el complejo concepto de
ciudad sobremoderna y su apropiación del lugar,
mostrando los vestigios de su paso por él a través
de elementos gráficos, fotografías, dibujos, etc. Este
patchwork de huellas obliga a la reinterpretación de
la mirada allí donde la aceleración y el gran flujo de
acontecimientos y superposición de imágenes se ha
instalado, mediante un original encuadre de lo visual.